lunes, 23 de marzo de 2009

Viva la vida

En un futuro no tan lejano las generaciones que vengan nos juzgarán con dureza. Y lo harán por un sólo motivo: el aborto. La muerte de inocentes en el útero de sus madres. Un genocidio silencioso.

Porque el aborto es un fracaso de toda la sociedad, no un derecho de nadie. Porque las madres embarazadas necesitan ayuda, no que las empujen a matar a sus hijos.

Porque esto es una batalla cultural en la que nadie puede mirar para otro lado. No se trata de obispos, ni curas, ni sacristías. El derecho a la vida es un derecho fundamental que supera religiones y credos e ideologías.

Si piensas que esto puede pararse, hay que salir a la calle. Consulta dónde son las concentraciones de tu ciuda pinchando AQUÍ

miércoles, 18 de marzo de 2009

La galaxia era humana

Leí la noticia y no pude creerla: DARTH VADER TIENE CÁNCER. Lo nunca visto. En ese momento pensé que igual era cáncer de piel provocado por el látex negro de su traje o, a lo peor, algún tumor cerebral provocado por su máscara. La verdad es que nunca tuvo un aspecto muy saludable y su voz cavernosa y asmática no presagiaba nada bueno.

Seguí leyendo la crónica de El País y la cosa se puso peor cuando descubrí que el tipo de cáncer: de próstata. El acabóse. Fin del mito. Adiós a toda la maldad de la galaxia. Esas cosas ocurren cuando te pasas media vida en el lado oscuro de la fuerza.

¿Qué pensará de esto Luke Skywalker? ¿Estará rumiando su negro futuro? ¿O simplemente espera a mañana para llamar a Darth Vader, su padre, y felicitarle por San José?

La definitiva muerte de la leyenda del Imperio llegó cuando me enviaron una fotografía que humaniza para siempre a los soldados de Darth Vader. Que debajo de sus caparazones había vida era algo que podíamos aceptar, pero no hasta estos extremos.

¿Qué será lo próximo?

martes, 17 de marzo de 2009

Rey salmón

El pasado fin de semana volví a Asturias. Siempre lo hago por estas fechas, semana arriba o abajo, porque se abre la campaña del salmón, un pez de plata que lleva en sus agallas la cultura de la paciencia, que es una manera de entender la vida.

Para los pescadores hay fechas sagradas en el calendario y el domingo 15 de marzo fue una de ellas. Ese era el día marcado para levantar la veda del salmón, palabras mayores si se lleva una caña en el alma. Yo, lo confieso, no pesco más que gripes. Carezco de la estoica disciplina de los que madrugan para caminar por los ríos antes del alba, pero me encanta oír su jerga ribereña y verles intercambiar –como druidas acuáticos– secretos sobre los lances salmoneros o debatir con pericia sobre cebos, pozas y otros enigmas indescifrables. Admiro, en fin, su constancia, la obsesión del que se prepara durante toda una vida para derrotar a un animal: echar a tierra al campanu, el primer salmón de cada año.

En los tiempos del hambre –que no están tan lejanos–, levantar ese pez mítico era una noticia excelente. Tras unos inviernos crueles, con la tierra congelada y la despensa casi vacía, la aparición del salmón en las aldeas confirmaba que iban a comer a diario durante una buena temporada. Así que las campanas de las iglesias cantaban con alegría la llegada del rey salmón. Por eso llaman “campanu” al primero que se pesca. Sólo al primero.

Este año, abundante en nieves, todos esperan una temporada generosa que supere las tres mil capturas. Las aguas bajan muy frías y eso les gusta a los salmones, que son unos aristócratas. Desde su nacimiento, el salmón sueña con volver a su río a desovar. Por eso, en los increíbles retornos a las cabeceras de donde salieron, dejan claro que pertenecen a la nobleza fluvial. Allí les esperan los depredadores con artes ancestrales (mosca seca, cola de rata, látigo) y el íntimo anhelo de entrar en la posteridad por haber pescado un “campanu”.

El domingo pasado, en la ribera de los ríos salmoneros (del Eo, en la raya con Galicia, al Cares, cerca de Cantabria) se habló muy poco de política y mucho de pesca. Nadie se aventuró con la crisis o la buena marcha del Sporting de Gijón. El domingo se habló de las novedades de una temporada en la que no habrá precintos particulares, de la falta de alguna caña histórica (como la de Pidal, que andará, seguro, por los cotos del Cielo) y, sobre todo, se apostó sobre dónde saldría el campanu.


Unos, como “Molinucu”, aventuraron que en el Cares. Otros, como los de Casa el Obispo, decían que en el Esva. Al final, no acertó ninguno. El campanu ha salido esta mañana en el Narcea y es de los majestuosos: 10 kilogramos levantados por Gonzalo Álvarez y su sobrino Hugo. Nada que ver con el del año pasado, que apenas llegó a los cinco. Así y todo, los avilesinos de La Chalana pagaron dos millones y medio de pesetas por él, que no está nada mal. A 1.500 € el kilo.

Al volver a casa, ya en tierras de Castilla, agradecí que hubiera vida más allá de la política y el fútbol. Al menos, por un fin de semana.

viernes, 13 de marzo de 2009

La canción de Scarlett

El sol de invierno se proyecta a través de los cristales y cambia sus matices con el discurrir del día. Griet, la joven y sigilosa criada, se afana por la casa con elegancia etérea, casi irreal, fuera del tiempo. Sin embargo la escena tiene un lugar y una época: Delft, Holanda, 1665. Allí vive Johannes Vermeer, esclavo de un don divino. El artista trabaja en sus cuadros con lentitud y un solo fin, que son dos: capturar la luz, pintar el silencio.

Griet y Vermeer están solos en la buhardilla donde duerme ella. En ese cuarto guarda el maestro sus pigmentos y, cautivado por la delicadeza de Griet, le enseña a mezclarlos. Están sentados uno al lado de otro, las manos con restos de pintura, el aire condensado. Es un diálogo de los ojos y el alma en el que ambos parecen rozarse, pero no llegan a hacerlo. Justo entonces la voz de la señora Vermeer les descubre lo que nunca llegará a ocurrir.

Esa escena de La joven de la perla consagró a Scarlett Johansson en el olimpo de las diosas del cine –sección inocencia–, donde reinan desde siempre Audrey Hepburn y Grace Kelly. Por razones obvias existe un apartado más tórrido para Ava Gardner, Sofía Loren y Liz Taylor, versión gata sobre el tejado de zinc. De todo hay en la viña del Señor.

El caso es que Scarlett deslumbró con sus diecinueve años recién estrenados y una mirada imposible. Repitió ingenuidad en A Good Woman, decadente y divertida comedia de Oscar Wilde. Allí interpretaba a la joven y despechada Meg Windermere, una esposa para la eternidad. Siguió el idilio.

Andaba la pequeña (1,63 cms.) Scarlett por esos paraísos blancos cuando Tokio nos sacó del error. Fue de repente y con Bill Murray del brazo, lost in translation. Descubrimos entonces que la habíamos entendido mal. ¿Scarlett inocente? Imposible. Al final, la angelical Johansson no lo era tanto, así que hubo que cambiar su ubicación y mandarla con Ava, Liz y Sofía (también por razones obvias).

Como las niñas buenas van al Cielo y las malas a cualquier parte, Scarlett se fue a Londres con Woody Allen, que sublimó su perfidia en Match Point. En el papel de Nola Rice aparece radiante, turbadora y definitiva. Puro esplendor en la hierba. Abrasada bajo la lluvia con Rhys Meyers de blanco tenis como amante. Era amante porque no era novio. No era novio porque era esposo. Esposo de otra. Otra que no era ella. Por eso era su amante. Un amante que juraba que la dejaría (a su mujer, no a Scarlett). Nunca lo hizo. Prefirió matarla. Una pena.

Ahora Scarlett promociona su nueva película (The Amazon Warrior) en el que interpretará a una aguerrida gladiadora. Quizá por eso el Pentágono quiere que cante de nuevo para las tropas americanas de Iraq, que andan con la moral por la arena. No me extraña. Con esa invitación reviven a Marilyn (Monroe), que también visitó a los marines de su país. Fue en Corea, 1954, escala de uno de sus viajes de novios –tuvo varios novios y, por tanto, varios viajes–. Los octogenarios supervivientes aún la recuerdan enfundada en un traje negro, los brazos desnudos y una voz que apenas se oía. Daba igual. Ver es oír.

Scarlett, rubia y evidente, imitará a Marilyn como el arte imita a la vida. Cantará rodeada de soldados y seguirá su fulgurante carrera hacia las estrellas. Es posible que su voz tampoco se oiga. Seguro que a ellos no les importa.

A mí, la verdad, tampoco.


miércoles, 11 de marzo de 2009

Periodismo y tal

Periodismo digital y tal es un blog de vida efímera que nace con el objetivo de cubrir informativamente el X Congreso de Periodismo Digital que se celebra en Huesca mañana y pasado (12 y 13 de marzo) y de la que EL MUNDO informa. La iniciativa es dos estudiantes de tercero de Periodismo de la Universidad de Navarra: Juanfer Fernández y Pablo Berraondo.

Ambos idearon desde un principio un espacio en el que el contenido se caracterizara por (Dios me perdone) la multimedialidad integrada. Esto es, un sitio web en el que los elementos textuales, de audio y de video interactuaran entre ellos para favorecer la difusión de los contenidos informativos
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Pablo Berraondo nació en Pamplona en 1988 y ya desde pequeño apuntaba maneras. “Parece −comenta su madre− que nació con un micrófono bajo el brazo”. A sus veinte años dos amores le roban el sueño: el pacharán y el Periodismo (¿por este orden?). Actualmente desarrolla su labor periodística en COPE Navarra y escribe en varias revistas locales.

Juanfer Fernández aborrece el pacharán, es más de ron (¿Bacardí?) y es un canario al que nacieron en Madrid. Su madre también le define: “De pequeño no se callaba ni debajo del agua”. Su pasión peridoística comenzó en una emisora de la capital isleña, CanariasAhora Radio.

Ambos son asiduos de la asignatura Instituciones jurídico-políticas españolas... aunque ayer se saltaron la magnífica sesión del Prof. Pablo Hispán sobre las leyes fundamentales del Franquismo. Al visitar su blog (http://periodismodigitalytal.wordpress.com/) he entendido el motivo.

lunes, 9 de marzo de 2009

La Tierra se enfría

El cambio climático es mentira. El calentamiento global no existe. Es imposible saber qué temperatura hará en el futuro o si los abonos de sol en Las Ventas pasarán a serlo de sombra –y eso ya es saber mucho–. No lo digo yo, pobre ignorante, sino J. Scott Armstrong, investigador de la Universidad de Pennsylvania y uno de los fundadores de las ciencias de la predicción climatológica.

Según Armstrong, “los políticos inventan y utilizan leyendas para aumentar su poder. Así nos convencen de que el mundo está en peligro y de que los necesitamos a ellos y sus sueldos para salvarnos”. Para demostrar sus afirmaciones, comienza a dar datos. Por ejemplo, que desde 1998 el planeta se está enfriando. No de modo uniforme, pero sí relevante. Por eso la Antártida tiene ahora más hielo que hace un siglo. Por eso la población de osos de Alaska aumenta de año en año.

Este científico, que no tiene aspecto de Dr. Bacterio, no está solo con sus impertinencias. En la Declaración de Manhattan más de 500 investigadores del clima –él también– firmaron un manifiesto que rechaza la histeria pública respecto al clima. El número de adhesiones llega ya a las 31.000. En esa declaración se admitió que, si en los Pirineos o en los Andes hay menos glaciares, eso se debe a fenómenos regionales. Los mismos que provocan ciclos ambientales que elevan las temperaturas en unas zonas y las disminuyen en otras. Tal es el motivo de que en el Antártico se estén registrando cada año temperaturas más frías.

Armstrong, que lleva 48 años como profesor universitario, critica también con dureza los catastróficos informes de la ONU sobre el clima, (que para él son la versión actualizada de las fracasadas predicciones de Malthus –padre de la demografía y el científico mejor ultrajado de su tiempo– sobre la población). Según Armstrong, la ONU utiliza modelos de predicción que son meras conjeturas, hipótesis gratuitas indemostrables, pero que permiten recaudar millones de euros para prevenir una hecatombe que nunca se producirá. Él no niega que el desarrollismo insensato ha degradado nuestro ecosistema, simplemente denuncia la falta de fundamento científico de muchas predicciones catastrofistas.

Este investigador, además de tozudo, tiene sus manías particulares. La más arraigada se llama Al Gore, famoso y listísimo vicepresidente de EEUU incapaz de ganar a Bush Jr. en las elecciones de 2000. Con Gore se apostó públicamente Armstrong 10.000 dólares –que irían donados a la ONG que escogiera el vencedor– a que predecía con más acierto que él las temperaturas de los próximos diez años. Al Gore nunca le devolvió el guante y confirmó con su silencio aquel viejo refrán sefardita “Los toneles vacíos son los que más ruido hacen”.

Para más escarnio, Armstrong dice que la película de Gore sobre el cambio climático titulada Una verdad incómoda es “cursi, aburrida, ególatra y llena de falsedades”. Como se aprecia, mala uva no le falta, pero sólo pide que nadie acepte simples opiniones como principios sólidos. Para los climaescépticos que lidera este norteamericano no es posible saber qué clima tendremos dentro de treinta años (y ese es un plazo mínimo para empezar a sacar conclusiones).

Ignoro si J. Scott Armstrong está en la nómina de las petroleras. Desconozco si sus opiniones son exageradas o, directamente, falsas. Pero de una cosa estoy seguro: sus palabras son impertinentes, desafiantes y críticas.

Sólo por eso merece la pena escucharle.


Publicado en OSACA, 1 de marzo de 2009

jueves, 5 de marzo de 2009

Abellán en FCOM

Ayer celebramos en la Facultad de Comunicación el Día del Patrón. Vino como invitado José Antonio Abellán, director de El Tirachinas, que dio los premios de prácticas y pasó el día en la Universidad de Navarra. Además de una conferencia abarrotada en el Aula 6, estuvo en la comida solidaria y habló con media facultad mientras daba cuenta de su bocata. Es decir, normalidad en estado puro, cercanía y pasión por el periodismo radiofónico, como demostró en la entrevista que le hicieron en la emisora de la Facultad, la 98.3 Radio.

Después de la comida, Txema Dorronsoro se lo llevó a Fase 2 (Colegio Mayor Belagua), donde estuvo de tertulia (la "dio", en la jerga propia de los residentes). Por casualidades de la vida, ayer cumplía años el gran Quico Pérez Latre, profesor de Empresa Informativa y subdirector de Fase 2.

Así que Fernando Echevarría, uno de los tres guionistas e imitadores de El Radiador y antiguo residente de Fase 2 (en el centro en la foto), aprovechó para gastar a Quico una broma sonada. El audio se puede escuchar pinchando en el podcast de abajo. En los los tres primeros minutos introducen la broma y partir del minuto 11 entra Quico.

lunes, 2 de marzo de 2009

En Cuba ruedan cabezas

Comienzan a rodar cabezas en la isla cubana. Las del famoso Felipe Pérez Roque -ministro de Exteriores -, la de José Luis Rodríguez -ministro de Economía- y la de uno de los vicepresidentes, también muy conocido, Carlos Lage porque ha estado en la vicepresidencia de Cuba desde 1994 y diseñó el plan económico del Periodo Especial posterior al hundimiento soviético.

Por su parte, Pérez Roque estuvo frente al Ministerio de Relaciones Exteriores durante una década y era la cabeza visible del grupo de jóvenes dirigentes revolucionarios conocido como "Los talibanes", famosos por su ortdoxia y defensores de la linea dura. Al cargo de canciller llegó después de ser el secretario personal de Fidel Castro.

Lage, que tiene más vidas que un gato, conserva su cargo de vicepresidente del Consejo de Estado (Ejecutivo) será reemplazado por el general José Amado Ricardo Guerra; mientras que Pérez Roque cede su cargo a su hombre de confianza, Bruno Rodríguez, en un cambio que tiene pinta de apuñalamiento nocturno.

La decisión del presidente de Cuba, Raúl Castro, es inesperada por los afectados, ya se dirige contra tres hombres fuertes de su gabinete. Quizá demasiado fuertes. Los cambios fueron anunciados en el marco de una docena de movimientos, reemplazos y fusiones de ministerios, y confirman una amplia reestructuración del gobierno nombrado hace un año al asumir Raúl la presidencia cubana.

Algo se mueve cuando el ministro de Exteriores, el de Economía y el vicepresidente con el perfil más político se quedan en la cuneta. A ver lo que tarda Fidel en "reflexionar" sobre los ceses y acusarlos de conspiradores. Si no, al tiempo.