domingo, 7 de junio de 2009

Giro a la derecha

Si la participación en las elecciones es el termómetro de la democracia, entonces el proyecto europeo es el principal derrotado de las elecciones europeas de ayer -las séptimas-, pues sólo votó un 43 por ciento de los 375 millones de europeos con derecho a voto. Con todo, los que han votado son muchos: 167 millones.

La participación es el indicador más fiable de las dos caras que presenta la Unión europea tras seis ampliaciones: en la Europa de los 15 la participación media es del 55%; en los 10 nuevos miembros del Este, no llega al 25%.

Como dice Felipe Sahagún en El Mundo, se pueden hacer interpretaciones diversas de la abstención –desde la apatía de los proeuropeos polacos al antieuropeísmo de muchos británicos-, pero es una noticia pésima que los europeos digan "No" a estas elecciones cuando estaba en juego la elección del Parlamento, que es la institución más democrática –y cada vez con más poderes- de la Unión Europea.

Quizá las cosas cambien cuando podamos votar directamente al presidente de la UE (y deje de elegirlo la Comisión Europea) o cuando los partidos que se presenten esté agrupados por grupos parlamentarios. Pero lo que está claro es que, con más de un tercio de los 736 escaños en juego, el centroderecha (Partido Popular Europeo) refuerza su mayoría en el Parlamento Europeo. Otra cosa será si los tories, como han amenazado, forman grupo propio al margen del PPE. De modo que vence el centroderecha, pero será un centroderecha diferente

Los laboristas británicos, los socialistas portugueses, húngaros y españoles, y los conservadores griegos son las principales fuerzas gobernantes que han perdido, en el caso de los británicos de forma aplastante. De modo que continúa el descenso de la izquierda en Europa, creciente desde la II Guerra Mundial.

Los conservadores franceses, alemanes, italianos y polacos son los partidos gobernantes de la derecha que salen reforzadas.

Si todas las elecciones europeas suelen ser utilizadas para emitir un voto de protesta, es evidente que han protestado casi exclusivamente contra los Gobiernos de izquierda.

Según el socialista Javier Solana, Mr. PESC, se debe a dos cosas: 1) no han sabido explicar el proyecto europeo y 2) la crisis. Al primer punto se le puede objetar que llevamos ya 30 años con elecciones europeas, así que va siendo hora de los partidos hagan algo contra la abstención. ¿Qué tal más democracia en la UE? Contra el segundo se puede decir que en las anteriores elecciones, en 2004, vivíamos en pleno auge económico y también ganó la derecha. Pero es que si vamos más atrás, a las de 1999, también triunfaron los conservadores en la Eurocámara.

De modo que Europa confirma que está cómoda sentada a la derecha. Yo, la verdad, lo celebro.

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